Si estás interesada en cuidar tu piel y cabello de manera natural y respetuosa o si alguna vez te ha picado el gusanillo de aprender a elaborar tu propia cosmética natural casera pero no sabes por dónde empezar y todo son dudas. Tranquila estás en la web idónea para ti. Te invito a que le eches un vistazo a los contenidos que publicamos en nuestra sección de belleza.
Hoy comenzaremos con una de mis recetas favoritas para hacer mi champú de uso diario, esta es una receta muy simple pero efectiva. Para los que no me conozcáis tengo el pelo muy graso, y desde que hago mi propia cosmética casera he pasado de lavarme el pelo día sí y día no a lavarmelo 3 veces en semana (aunque aguantaría más, pero ya es el vicio de no sentirlo limpio o igual de manejable que el día 1).
¿Qué beneficios buscaba al crear esta receta de champú sólido?
Un champú que limpiase, pero hidratase a su vez el cuero cabelludo para evitar resecamientos.
Con ingredientes fáciles de encontrar y no muy costosos.
Que hidratase medios y puntas, para reavivar mi cabello.
Que incorporase un «chute» de proteínas para reactivar la estructura de mi cabello.
¡Pues allá vamos con la receta! (Si tienes duda del proceso, o quieres saber la base de cómo hacer tu champú natural casero, te recomiendo que antes leas este artículo de cómo elaborar un champú casero).
Esteriliza todos los utensilios con alcohol 96º, deja secar al aire. Desinfecta la zona de trabajo y moldes y deja secar al aire sobre papel absorbente.
Ponte mascarilla y guantes. Si tienes gafas protectoras te ayudarán también a mantenerte protegida.
Es muy importante que cuando manipules los tensioactivos y cuando los muevas tengas mascarilla, ya que irrita las vías respiratorias ya que se mantienen suspendidas las partículas volátiles cuando removemos.
Preparación
Pesa en un bol de cristal o acero inoxidable desinfectado los ingredientes de forma separada.
Añade en un bol: tensioactivos y polvos (SCI, arcilla blanca, té verde y cúrcuma), remueve y reserva.
Acto seguido añade en un bol los aceites y mantecas (Aceite de argán, manteca de mango y manteca de karité) hasta que se derritan (aproximadamente 70º, compruébalo con el termómetro, pero cada aceite y manteca tiene un punto de fusión diferente).
Y mientras tanto pesa y añade en un bol el hidrolato.
Adjunta en otro bol: activos y otros (proteína, aceite esencial, conservante y vitamina E) mezcla y reserva.
Comenzamos a mezclar: añade aceites y mantecas al bol de polvos y remueve (con una varilla de cristal o madera).
Continua añadiendo el hidrolato y remueve hasta que consigas una masa homogénea como una plastilina.
Cuando temple, añade el bol de activos y otros y mezcla nuevamente.
Mide el PH, si está correcto (entorno a 5-6 va bien 😉 ) ya lo puedes enmoldar. (Si necesitas bajarlo puedes echarle unas gotas de ácido láctico o disolver ácido cítrico en agua y echarle unas gotas. Normalmente no suele estar nunca por debajo de 3.5, así que no necesitarás subirlo, pero si lo necesitases sería con una pizca de bicarbonato por ejemplo o un poco más de tensioactivo en polvo).
Enmolda: Separa la mezcla en dos bolitas de 50 grs, introdúce una bola en la prensa y presiona para obtener la forma final. Obtendrás 2 champús de 50 grs que te durarán cada uno aproximadamente 2-3 meses.
Deja secar sobre una superficie plana durante 24 hrs antes de utilizar.
Espero que os haya gustado la receta, este es mi champú básico (el que suelo regalar a todxs mis amigxs) y por ahora a todos le ha ido bien para sus necesidades, pero siempre te animo a que lo estructures a tu gusto/necesidades y a los materiales que puedas reutilizar.
Cuando empecé en el mundo de la cosmética natural (¡Ay, hace cuántos años ya!) pensé que iba a ser algo de lo que me aburriría, pero cada vez mi afán me hace querer conocer más y más de este mundo y por eso me gusta compartir para que también vosotrxs podáis encariñaros tanto como yo, de los productos que hacéis para vosotrxs o para regalar.
Hoy os traigo una selección de mis moldes favoritos para hacer champús sólidos, todos estos los he estado usando en estos años y por eso además de explicaros en qué consisten os dejo un breve pro/contra, consejos de usos y cuidados y dónde encontrarlos, además de algunos ejemplos de la plataforma de Etsy.
Para quién no lo conozca, Etsy es un marketplace de tiendas de pequeño negocio y artesanos a nivel mundial, los precios son muy asequibles y te establecen tiempos de entregas y costos de envío (en el caso de que ubiese que pagarlos) en cada artículo, también podréis encontrar comentarios de compradores que siempre ayudan a la compra. Además, los vendedores contestan de forma muy rápida a cualquier duda que tengas por mensaje privado.
¡Allá vamos con nuestros moldes!
Molde de silicona
Este quizás sea el más básico y asequible cuando queréis empezar a trabajar los champús sólidos, ya que por unos pocos euros tendréis multitud de formas divertidas.
Para usarlo, tendréis que realizar vuestro champú casero y verterlo (en procesos calientes) o aplastarlo (en procesos fríos) para conseguir la forma. Una vez esté en el molde lo dejaremos reposar 12-24 hrs en frío (puede ser menos tiempo, pero así siempre quedarán perfectos), desmoldamos y dejamos secar otras 24 hrs.
PRO: Precio económico (dependiendo la tienda pero el precio son desde 1-20€) , fácil de encontrar en todas las ciudades.
CONTRA: Al hacer presión por el método en frío de champú sólido, se pueden abombar los laterales ligeramente. En los moldes geométricos como cubos se pueden ver más que en formas como flores, corazones, etc.
RECOMENDACIONES: A la hora de elegir tu molde de silicona te recomiendo que no escojas el que tenga un grosor muy fino (como los de reposterías de los chinos) dado que será más fácil que se deformen las paredes. No recomiendo lavarlos con estropajos fuertes, házlo con la esponja y con un detergente poco abrasivo. No los laves en el lavavajillas para evitar estropear la capa antiadherente, te ayudará a que salgan más limpios del molde sin desperfectos.
DÓNDE ENCONTRARLO: Desde la tienda de barrio, tiendas especializadas en cosmética, Etsy, Amazon, Aliexpress..
Este sinceramente es mi preferido para champús con un aspecto comercial o más profesional, ya que consigues la forma de la prensa de manera perfecta con poco esfuerzo.
En mi caso solamente he probado la prensa de PLA (filamento de maiz, construidas mediante impresoras 3D), y he de decir que no he querido probar otras prensas hechas de plástico ya que esta además de cumplir perfectamente su función, son duraderas y menos contaminantes.
La prensa de champú se compone de tres partes: base, contorno y ejecutor. Estas encajan a la perfección y son ideales para el método de champús en frío, que es el que más suelo usar por su rapidez. Los nombres de las piezas, no sé si realmente se llamarán así, pero os explico su función en la prensa.
BASE: Es la parte más fina de la prensa, que va apoyada sobre nuestra superficie. Es la que dará la forma a uno de los lados de nuestro champú.
EJECUTOR: Es la prensa per sé, tiene normalmente dos lados diferenciados, uno que replica la forma que tiene la base, para que sean simétricos nuestros champús; y otra parte plana. Estableciendo fuerza/peso sobre este ejecutor prensará nuestro champú que se adaptará a la perfección al molde, obteniendo así nuestro champú.
CONTORNO: Rodea a la base y a la prensa.
Una vez hagas tu champú, deberás dejarlo 24 hrs reposar.
PRO: Da un resultado profesional y es muy duradera.
CONTRA: El precio oscila entre 17-30€, pero en muchos de los casos puedes personalizarla con tu logo.
RECOMENDACIONES: Nunca meter en lavavajillas, se derrite. Para desmoldar el champú de una forma aún más perfecta puedes forrar el ejecutor con papel film o echar polvitos de almidón de maíz en la prensa (a modo de polvo de talco).
DONDE ENCONTRARLOS: Os dejo varios enlace a la tienda dónde compré los míos (primer enlace 5 y 8 cm), son de una chica de Murcia muy maja y las prensas son de muy buena calidad. Si no también podéis encontrarlos en AliExpress o en vendedores especializados al por mayor.
Este tipo de prensas son más profesionales, si tienes que hacer un gran volumen de champús, ya sea porque tienes un pequeño negocio o simplemente porque quieres hacer esta inversión.
Tienes la opción de la prensa manual dónde haces tú el esfuerzo girando la manivela y las prensas automáticas, pero estas son más difíciles de encontrar, y su precio es más elevado.
Algunas tienen ya los moldes incorporados, o son piezas intercambiables, y otras simplemente sirven para ejecutar la presión sobre un molde como el que has visto en la sección anterior.
PRO: Para hacer grandes cantidades, requieren menor esfuerzo.
CONTRA: Son más costosas.
RECOMENDACIONES: Si vas a hacer muchos champús o bombas de baño con la misma forma, puedes reducir costos con la prensa manual + la prensa de champús en vez de comprar una prensa con moldes intercambiables. Si eres un negocio y quieres hacer una inversión, por el contrario te recomiendo la otra opción ya que los moldes son aún más duraderos.
DÓNDE ENCONTRARLOS: Puedes encontrar las prensas automáticas en AliExpress o Alibaba, pero a precios bastante elevados y las manuales en Etsy.
Espero que os haya ayudado un poco más en vuestra búsqueda de cómo hacer vuestro propio champú casero. Mis recomendaciones si acabáis de empezar y no queréis invertir mucho dinero es hacerlo dándole forma con las manos (primero haces una bola y luego la aplastas un poquito y redondeas con la palma los bordes) o invirtiendo en un buen molde de silicona (no vale el de 1€ :P).
Si en el futuro os veis con más confianza el molde de prensa de champús es el que uso yo y lo recomiendo sin dudarlo, el acabado queda espectacular y es muy duradero por un precio bastante razonable.
¿Conoces otros moldes que no haya nombrado? Escríbelo en comentarios, me encantaría poder seguir añadiendo más opciones a la lista.
¿Quieres hacer tu propio champú sólido? ¿No sabes cómo?
Te enseñamos todos los pasos para poder hacer tu champú sólido casero sin necesidad de muchos ingredientes ni grandes conocimientos. ¿Te interesa? Sigue leyendo para aprender un poquito más sobre el mundo de la cosmética casera.
¿Qué es un champú sólido?
Los champús sólidos son una alternativa ecológica a los champús líquidos, son fáciles de transportar y de conservar. Su composición es similar a la de un champú líquido, pero de forma concentrada, reduciendo su porcentaje de agua del 98% a menos del 10%.
Su producción es diferente según los tipos de champús, unos funcionan por la saponificación de las grasas y aceites con una lejía, otros en cambio no mezclan los componentes mediante un proceso reactivo, si no que trabajan en conjunto mezclados, pero sin reacción.
¿Cuál es la composición de un champú?
La composición base de un champú es: tensioactivos, aceites/mantecas, aguas, esencias, activos y polvos (arcillas, harinas, hierbas molidas, etc.).
Dependiendo si el champú es líquido o sólido (y del tipo de cabello) las proporciones de cada ingrediente variarán.
Tipos de champús sólidos:
Para entender la formulación de los champús sólidos hemos de entender que hay tres tipos diferentes:
Champús sólidos con base de glicerina:
Se usa como base glicerina vegetal sólida. Para hacerlo se calienta la base de glicerina vegetal hasta que pasa a estado líquido, se añaden activos, aceites y esencias y se mezcla. Se vierte sobre un molde, cuando solidifica está listo para usar.
El PH natural de estos champús es 7, se puede regular con ácido cítrico o ácido láctico para bajar su PH.
Pros: es muy rápido de hacer y no necesitas conocimientos para poder hacerlo. No necesitas aclarado ácido ni proceso de transición.
Contras: La sensación en el pelo es limpia, pero no quedan igual de sueltos que con un champú tradicional líquido, queda más áspero.
Champús sólidos hechos mediante el proceso de alcalinización de la sosa cáustica.
Se realiza mediante la saponificación de los aceites por una lejía (sosa cáustica y agua), se puede hacer mediante el proceso en caliente o el proceso en frío (ambos son los que se usan para hacer el jabón artesanal de cuerpo).
El tiempo de curación de estos champús es de mínimo 30 días antes de poder usarlos. Poco recomendable si se tiene el pelo teñido o si están en contacto diariamente con cloro (piscinas), ya que tiende a resecar más la fibra capilar.
El PH de estos champús es bastante alto (8 o 9) y requiere un aclarado ácido para cerrar la cutícula tras su uso, esta suele ser de vinagre (mi favorito es el de manzana o manzana aromatizado con frambuesa y romero).
Pros: Hay gente que siente que el pelo se le queda más limpio con este método. El aclarado con vinagre hace que el pelo brille bastante.
Contras: Es más largo el proceso de lavado. Depende de la higroscopicidad de tu pelo se absorbe más el aroma del vinagre (el mío absorbe bastante). El pelo necesita un proceso de transición entre un champú líquido a este, y se ensucia bastante al principio. (A mí me parece que se queda el pelo “apelmazado” con este tipo de champú, es más un jabón).
Champús sólidos hechos con tensioactivos en polvo.
En este proceso los ingredientes se mezclan y actúan en conjunto, no reaccionan entre ellos.
Se puede realizar en caliente o en frío, cambian ligeramente las texturas y la espuma que se genera, pero es bastante similar.
Una vez lo realizas, puedes usarlos en 24 hrs. Normalmente el PH ronda los 5-6.
Pros: Es el que más se puede personalizar y los activos no sufren en el proceso y por lo tanto se conservan mejor sin perder sus propiedades. No necesitan aclarado de vinagre y no hay proceso de “asimilación” de tu cabello del líquido al sólido.
Contras: Tienes que conocer bien tu pelo para encontrar la mezcla perfecta entre tensioactivos y aceites para que no te reseque el cuero cabelludo a la larga.
(El proceso que te voy a mostrar es con este tipo de champús (con tensioactivos en polvo), ya que creo que son los que mejor se adaptan a todos los cabellos, es muy fácil de realizar una vez sepas los porcentajes puedes personalizarlo fácilmente😊. Si en algún momento quieres saber cómo funcionan los otros dos métodos dímelo en los comentarios y escribiremos recetas de ellos también).
Componentes del champú:
Tensioactivos
Los agentes tensioactivos, también conocidos como surfactantes. Son sustancias que se encargan de estabilizar las mezclas de dos líquidos indisolubles entre sí, como el agua y el aceite para reducir la tensión superficial con el objetivo de unirlos de forma uniforme.
Existen muchos tipos de tensioactivos y se utilizan para diferentes propósitos, pero todos comparten una cualidad: ayudan a aumentar las propiedades humectantes de un líquido.
Los tensioactivos naturales se suelen utilizar en la elaboración de algunos jabones y champús, geles de ducha, limpiadores faciales, aguas micelares o exfoliantes.
Su misión es que dos productos diferentes, que tienen también propiedades diferentes, puedan llegar a unirse como si fueran uno solo y para conseguirlo unen el agua con la grasa en nuestra piel.
Al unirse, se arrastran las impurezas de la dermis o el cabello, consiguiendo así el efecto de limpieza.
Normalmente en la elaboración de champús puedes usar solamente un tensioactivo o usarlo junto a un co-tensioactivo, es decir otro más suave que en diferentes porcentajes nos será en mayor o menor medida irritante para nuestro cuero cabelludo.
Ejemplos de tensioactivos y co-tensioactivos (de más a menos abrasivo):
Los tensioactivos naturales son una alternativa muy ecológica y saludable ya que son ingredientes de origen vegetal que proporcionan una suavidad extra en el cuidado y limpieza de nuestra piel y cabello.
Otro aspecto positivo es que son biodegradables y, por tanto, amables con el medio ambiente.
Por otro lado, los tensioactivos normales (no naturales), muy utilizados en productos cosméticos y de limpieza son surfactantes que contienen en algunos casos sulfatos y sodio en sus formulaciones, pero también materias primas renovables, derivadas de aceites vegetales o ácidos grasos. Por lo que son productos permitidos en cosmética natural y que cuentan con la aprobación y certificación ecológica, aunque el proceso sea controvertido en algunos casos.
Los tensioactivos más usados que se encuentran en el mercado son:
SCI (Sodium Cocoyl Isethionate), ingredientes derivados del aceite de coco sin conservantes, fácilmente biodegradable y libre de sulfatos, con los que se proporciona abundante espuma y una agradable sensación de suavidad en la piel.
SCS (Sodium Coco Sulfate). Se trata de tensioactivos aniónicos, derivados del aceite de coco y que también están permitidos en cosmética natural por garantizar procesos de producción saludables para los consumidores.
Betaína de coco. Un tensioactivo anfótero suave y completamente biodegradable que ayuda a aumentar la espuma y la viscosidad de los productos. Resulta perfecto para la elaboración casera de geles de ducha, champús, jabones de manos y bombas de baño naturales. Se usa en conjunto a SCS o SCI para la elaboración de los champús sólidos.
Aceites y mantecas
En la composición de agentes grasos de un champú sólido puedes escoger una parte de aceites y otra de mantecas, o solamente escoger una de las dos. Esta es la parte que más va a hidratar al cabello, por lo tanto no escatimes en una buena materia prima.
Aceites vegetales
Los aceites vegetales se obtienen por presión en frío o en caliente. También pueden obtenerse mediante extracción, pero es preferible optar por aceites vegetales prensados en frío.
Los aceites vegetales se diferencian entre ellos por la distribución de sus ácidos grasos y sustancias naturales, lo que les otorga diferentes propiedades para el cuidado de nuestra piel. Esto significa que en función del tipo de producto que se quiera conseguir, se deberán utilizar unos aceites u otros.
Se utilizan en función del beneficio que queremos obtener, además en conjunto con las diferentes mantecas proporcionan diferentes tipos de espumas y sensación de limpieza. En el caso de usar los aceites para jabones, cremas… también se escogen por la viscosidad, dureza, limpieza o textura que aportan.
Los principales aceites vegetales utilizadas en cosméticas son:
Aceite de almendras -El aceite de almendras está compuesto por grasas monoinsaturadas, ácido oleico y ácidos linoleicos (Omega 3 y 6). Hidrante y emoliente (sustancia usada para ablandar una dureza), que actúa como un aceite revitalizante y ayuda a dar elasticidad a la piel. Gracias a su aplicación continuada, el aceite de almendras dulces devuelve la vida a cabellos castigados y quebradizos, aportándoles brillo, suavidad y elasticidad.
Aceite de argán -Fortalece y previene la pérdida de pelo. Es un aceite que hidrata y nutre intensamente, un potente anti-edad y regenerador de la piel, penetra fácilmente y no obstruye los poros. Ligero, de color marrón claro y sabor fuerte y agradable, el Aceite de Argán tiene muchas puntos en común con el aceite de oliva, pero es más estable y rico en vitamina E, con un alto contenido en ácido linoleico. Fortalece y da brillo al pelo.
Aceite de aguacate – Se obtiene por la presión en frío del hueso y la pulpa. Uno de los aceites más nutritivos por ser rico en vitaminas y minerales. Rico en grasa vegetal con vitaminas E, A, B1, B2, B3, ácidos grasos, proteínas y minerales. Inhibe la formación de radicales libres, ayudando a reducir los signos del envejecimiento. Fortalece el cabello reduciendo su caída y debilidad.
Aceite de jojoba-Técnicamente no es realmente un aceite, sino más bien lo que se llama un éster de cera, o cera líquida. Te ayudará a fortalecer el cuero cabelludo, facilitando la eliminación de depósitos y sebo. En su composición presenta ácido linolénico y proteínas queratínicas que aportan nutrición y dan lugar a un cabello sano y fuerte.
Aceite de ricino-El aceite de ricino en el cuidado del cabello cabe mencionar que tiene propiedades anti alopécicas con lo que podemos controlar la caída del cabello. Al mismo tiempo tiene nutriente que harán nuestro pelo suave al tacto al mismo tiempo que lo nutre. Las propiedades antibacterianas del aceite de ricino hace que sea indicado para el tratamiento de caspa. Se compone de una mezcla de ácidos grasos insaturados tales como ácido ricinoleico, ácido linoleico, ácido esteárico, y ácido dihidroxiesteárico.
Aceite de oliva – El aceite de oliva se obtiene de la presión en frío de las aceitunas, el fruto del olivo (Olea europaea). El ácido graso mayoritario es el ácido oleico, pero también tiene otros compuestos de interés como tocoferoles y escualeno (el aceite de oliva virgen lo contiene entre un 0,2 – 0,7%), con propiedades antioxidantes. Repara y suaviza el cabello manteniendo su hidratación.
Aceite de coco-El aceite de coco contiene hasta 90% ácidos lípidos saturados, además acido laurico, ácido caprílico y acido miristico, vitaminas B y E. Presenta una alta afinidad por las proteínas presentes en la fibra capilar, en comparación con otros aceites, siendo capaz de penetrar en la misma, proporcionando un nivel óptimo de protección y regeneración de dicha fibra, lo que se traduce en el cabello sea más resistente frente al daño capilar que suponen por ejemplo el someter al cabello a las altas temperaturas del secador o de la plancha.
Aceite de girasol – Este aceite vegetal se obtiene por presión en frío de las semillas de girasol. Es muy apreciado por su alto contenido en ácido linoleico. En su fracción insaponificable también se encuentran tocoferoles (como la vitamina E en forma de alfa-tocoferol) y esteroles (el beta-sitosterol es el mayoritario).
Mantecas vegetales
Las mantecas vegetales son aceites de origen vegetal que obtienen su forma sólida mediante el proceso de hidrogenación donde se introducen moléculas de hidrógeno a su composición para que sean sólidos a temperatura ambiente.
El grado de solidificación que se desee lograr dependerá en gran medida del grado de hidrogenación que se le introduzca en la composición del aceite.
Se diferencian de los aceites vegetales porque gracias a su composición de ácidos grasos, tienen forma sólida a temperatura ambiente.
Las principales mantecas vegetales utilizadas en cosméticas son:
Manteca de cacao: Una de las principales características de esta manteca es que conserva su aroma a cacao y con ella se pueden elaborar bálsamos labiales, cremas corporales, mascarillas capilares perfectas para hidratar y proteger cabellos secos y maltratados.
La manteca de cacao aportará consistencia a tus cremas naturales. Además, tiene un alto contenido de vitamina E que protegerá las células de tu piel de radicales libres, ya que es un poderoso antioxidante.
Manteca de Karité: Es un ingrediente ideal en formulaciones de cosmética natural que estén pensadas para pieles secas, maduras o agrietadas, gracias a su alto contenido en insaponificables.
Gracias a sus propiedades humectantes y emolientes, se puede aplicar directamente sobre la piel lo que le aportará hidratación, elasticidad y máxima flexibilidad. Es un regenerador celular natural muy eficaz para combatir los signos del envejecimiento tanto de la piel como del cabello.
Manteca de Mango: La manteca de mango tiene propiedades hidratantes, emolientes, regenerantes y es de textura ligera. Una de las propiedades más beneficiosas es su poder de hidratación. Si la comparamos con otro tipo de mantecas podríamos clasificarla como una de las más hidratantes y suavizantes que hay ahora mismo en el mercado. En lo que respecta al cabello, dado su alto valor nutritivo y regenerativo, puede utilizarse como tratamiento diario para cabellos secos. Es una manera eficaz de dar al pelo brillo y forma.
La manteca de Mango es tropical, además su composición se asemeja al Karité o al Cacao, pero su contenido de ácidos grasos hace que se diferencie de los anteriores, por lo que aumenta el espectro de AGEs naturales, antioxidantes y vitaminas. Esto hace que los resultados conseguidos sean visiblemente rápidos y satisfactorios.
En este apartado también contaría como % graso: ceras o emulsionantes, pero te recomendaría poner poca cantidad, un ejemplo de estas ceras son: cera de arroz, cera carnauba, cera de soja, alcohol cetearilico…
Componentes de base acuosa
En este punto entrarían todos los componentes que llevan mayor proporción con base principal acuosa, es decir, aguas florales, hidrolatos, infusiones, glicerina vegetal, aloe vera y lecitina de soja fluida.
Los hidrolatos son las aguas florales que se han obtenido a raíz de la destilación mediante vapor del aceite esencial que contiene una planta, y que además ofrecen múltiples propiedades específicas que resultan muy beneficiosas para la piel o cabello. (Pero hay que prestar una especial atención, ya que muchos de los hidrolatos y aguas florales que encontramos en los establecimientos no son realmente hidrolatos como tal).
Los hidrolatos son más puros, se consiguen por destilación, como los aceites esenciales. Suele tener un tono lechoso cuando se produce y con el tiempo se aclara hasta hacerse transparente.
Principales hidrolatos: Romero, Lavanda, Hammamelis, Manzanilla, Rosas.
Las aguas florales se consiguen por maceración o infusión hervida de pétalos, partes de flores o hojas de plantas y agua. Adquieren el color de la planta en la que se infusionan.
Principales aguas florales: Lavanda, Rosas, Azahar
Si queremos que el agua de ambos productos mantengan su calidad el máximo tiempo posible y sin desarrollar microorganismos, lo mejor que se puede hacer es almacenarlos en lugares frescos, oscuros y a una temperatura estable. También se recomienda utilizar vaporizadores para eliminar el exceso de oxígeno. Otra recomendación es comprar botes pequeños para que no se desgraden.
La glicerina por otro lado, se extrae a partir de algunos aceites vegetales, se sigue un elaborado proceso llamado hidrólisis. Y su uso es para conseguir una mayor higroscopicidad en nuestro cabello y mantenerlo hidratado, lo que ayuda a que adquiera mejor los ingredientes que van a componer nuestro champú. Nos ayuda a conseguir mantenerlo y a resistir el paso del tiempo, y también logra mejorar su aspecto y brillo, ayudando con los usos la auto regeneración del mismo.
(Este ingrediente no es obligatorio, puede ser usado o sustituido por otros de características similares, o simplemente no usarlo, pero en mi caso siempre pongo un ingrediente que haga este factor por que ayuda a notar el cabello más suave y a que se adhiera mejor).
El aloe vera también entraría en este porcentaje y la lecitina de soja fluida.
Activos
En este punto incluiremos todos los activos y extractos que no se incluyen en aguas.
Los extractos son extracciones directas de las plantas con un porcentaje concentrado. Estas pueden ser extraídas en diferentes porcentajes y con diferentes métodos. El grado del porcentaje, nos dirá obviamente cuánta cantidad del extracto tienes por cada 100 ml.
Y las formas de extraerlos son:
Glicólico – utilizan propilenglicol
Hidroalcohólico – usan alcohol etílico
Oleoso – por maceración en aceites
Glicerinado – Con glicerina (estos son los que menos resecan y los más comunes).
Algunos extractos son: de maca, centella asiática, malva, ortiga, pepino, piña, semillas de pomelo…
Los activos pueden ser encontrados en líquido o en polvo, en este punto solo tomaremos en cuenta los líquidos. Pueden ser puros o mezclas pre realizadas por los distribuidores. Algunos ejemplos son: ácido hialurónico, activo anticaspa, activo curly.
También en este punto, incluyéndolo dentro de los activos encontramos las proteínas líquidas, algunos ejemplos son la fitoqueratina (queratina vegetal a base de trigo) y la proteína de arroz.
Polvos
Arcillas, leches o frutas en polvo, harinas, hierbas molidas, algas…
En este punto añadiremos todos los ingredientes que queramos añadir en polvo, siempre añadiéndolos por sus beneficios tanto para el cabello como para el aspecto final del champú, por ejemplo, su espuma.
Algunas arcillas: blanca o caolín, mitti, cámbrica, verde, rosa… Se muestran como una completa fuente natural de minerales y oligoelementos para nuestra piel y cabello, y están completamente libres de alérgenos, de nanopartículas y de organismos que hayan podido ser modificados genéticamente en laboratorios.
En este punto también se podrían añadir las arcillas ayurvédicas: Henna, Ghassoul o Rasshoul, Amla, Shikakai…
Leches o frutas en polvo: de cabra, piña, cortezas de limón y naranja, plátano en polvo, yogur… Hay que tener en cuenta que algunas son más exfoliantes que otras, como es el caso del hueso de albaricoque en polvo, que no lo recomiendo para el cabello porque es más abrasivo a la hora de aplicarlo.
Harinas: garbanzo, avena, guisante… Es una manera de añadir proteínas puras al champú de una forma más económica. También cada una tiene un poder suavizante y de saponinas que ayudan al aspecto final del cabello y a la sensación de limpieza.
Hierbas molidas y algas: espirulina, laminaria, cúrcuma, carbón activo, espinaca, índigo, ortiga, cola de caballo, alkana, remolacha…
Otros: óxido de zinc, bicarbonato sódico, mentol en cristales, miel en polvo, sal, inulina..
Otros
En este apartado añadiremos dos partes:
Conservantes. En este punto siempre se toman de referencia un protector para que no enrancien los aceites (Vitamina E normalmente, que además añade un factor fotoprotector aunque en pequeña cantidad) y un conservante para el agua o productos que estén en contacto con el agua, hay varios nombres comerciales que son los más usados:cosgard, sharomix 705 entre otros.
Aceites esenciales o perfumes. Estos no son necesarios, pero añaden aroma y en el caso de añadir aceites esenciales también aportan propiedades al champú. Te dejamos esta interesante recopilación sobre los usos de los aceites esenciales por mano de uno de nuestros distribuidores.
Para finalizar, básicamente esta ha sido «la teoría dura», os la hemos dejado muy muy muy muy resumida para que podáis entender todos los componentes que lleva un champú para así poder entender qué necesitáis para crear vuestra propia receta.
Pero ahora nos diréis ¿y cómo carajo hago yo una receta si no tengo ni idea? Pues os vamos a ayudar con unas pequeñas tablas muy sencillas hechas con nuestra propia experiencia, por lo tanto no están sacadas de ningún libro ni son fijas si no que siempre son modificables, porque un solo gramo más de tensioactivo y menos de manteca cambia notablemente el cabello (probad y veréis 😉 )
Tablas base para crear nuestras recetas de champús sólidos según nuestro tipo de cabello
CHAMPÚ USO DIARIO O CABELLO NORMAL
Para cabellos que no necesitan un tratamiento específico o que se lavan con mucha asiduidad.
TENSIOACTIVOS
65%
ACEITES Y MANTECAS
12%
BASES ACUOSAS
10%
POLVOS
10%
ACTIVOS
2%
OTROS
1%
CHAMPÚ GRASO O DETOX
Para cabellos con tendencia a engrasar o que necesitan una limpieza profunda. No es recomendable usarlos todos los días, ya que eliminaría la grasa del cuero cabelludo y sería contraproducente, lo importante es usar aceites y mantecas que no engrasen de más.
TENSIOACTIVOS
63%
ACEITES Y MANTECAS
13%
BASES ACUOSAS
11%
POLVOS
10%
ACTIVOS
2%
OTROS
1%
CHAMPÚ RIZADO O SECO
Para cabellos que necesitan una hidratación profunda. Importante que si sigues el método curly utilices ingredientes acorde a tu tipo de cabello.
TENSIOACTIVOS
60%
ACEITES Y MANTECAS
15%
BASES ACUOSAS
11%
POLVOS
11%
ACTIVOS
2%
OTROS
1%
CHAMPÚ SENSIBLE
Para cabellos que tienes que tratarlos con suma delicadeza 😉: Niños, anticaspa, cuero cabelludo irritado, etc.
TENSIOACTIVOS
59%
ACEITES Y MANTECAS
12%
BASES ACUOSAS
10%
POLVOS
16%
ACTIVOS
2%
OTROS
1%
El PH de nuestro cabello y nuestro cuero cabelludo
Claro está que es importante recordar que el % de tensioactivo puede ser mezclado entre diferentes tensioactivos para conseguir efectos diferentes en una misma fórmula, recordando que hay algunos más abrasivos que otros, que producen mayor sensación de limpieza.
Aquí hay que aclarar el PH del cuero cabelludo entre 4,5-5,5 ligeramente ácido, por lo que cuando utilizamos tensioactivos de PH 6-7 nos proporcionarán mayor sensación de limpieza, pero dejarán nuestro cuero cabelludo más reseco, si esto no lo equilibramos bien con una buena hidratación + aceites, provocará dos efectos:
(sobre todo en pelos grasos) hace un efecto rebote y se ensuciará más para “recuperar” el manto sebáceo del cuero cabelludo.
Nos resecará demasiado y veremos “motitas blancas” similares a la caspa en nuestro cabello, signo de la descamación del cuero cabelludo por falta de sebo natural, esto a la larga causará irritación.
NOTA: Se tiene que medir siempre el PH para saber si nuestro producto será agresivo para nuestro cabello. Se miden con máquinas de PH o tiras medidoras, en el caso de los champús te recomiendo medirlas con la pastilla sola y luego con la espuma o una dilución del champú en agua, ya que cambiará el PH y se hará más neutro con el agua. Los números más bajos son más ácidos y los más altos más alcalinos.
Eí usamos un champú con pH de 5 a 5,5 es menos limpiador, pero cierra la cutícula y aporta brillo al pelo, disminuyendo un poco el volumen
En cambio, si usamos un champú con pH de 6 a 7 es más limpiador y aporta más volumen, pero el pelo puede quedar más fosco y la cutícula no está totalmente cerrada, por eso es importante usar acondicionador, aunque se tenga el pelo liso. Lo bueno es que al estar la fibra abierta deja pasar las proteínas y aceites hidratantes del acondicionador y lo hidrata en profundidad. Puedes usar estos métodos dependiendo lo que quieras conseguir en tu cabello, pero siempre es importante hidratarlo y que el PH final tras el lavado sea lo más cercano a su PH natural (tanto del cabello >3,6; como del cuero cabelludo 4,5-5,5)
El acondicionador nos aporta hidratación, un mejor desenredado y además restaura nuestro pH, cerrando nuestra cutícula, así que es una buena forma de acabar nuestro lavado si nuestro champú tiene un PH más alto.
Ejemplos de PH en nuestra piel:
pH de 0 a 1: el ácido clorhídrico
pH 2,2: el zumo de limón
pH 2,5: el vinagre
pH 4: el peróxido de hidrógeno, usado en detergentes para blanquear
pH de 3 a 5,8: los acondicionadores para el cabello y el cabello
pH de 4,8 a 5,5: la piel sana
pH de 4,5 a 5,5: el cuero cabelludo sano
pH de 6 a 6,5: los rostros secos, es un poco más alcalina que la piel normal
pH de 4,5 a 5: los rostros grasos, es un poco más ácida que la piel normal
pH de 6 a 8: cuando aplicamos un tratamiento en el cabello, como la permanente
pH 6: la orina
pH 7: el agua destilada, lo que llamamos pH neutro
pH 7,5: la sangre y las lágrimas
pH de 7 a 9: los tintes semipermanentes para el cabello
pH de 8,5 a 10: los jabones, por ser tan alcalinos no son recomendados para usar en el cabello y por eso no recomiendo usar el método de champú con sosa caustica 😉
pH de 9 a 10: los tintes permanentes para el cabello
pH 10: la decoloración del cabello
pH 11,6: el amoniaco
pH de 11 a 13: los tratamientos para suavizar el cabello como el alisado permanente
El pH va cambiando según nuestra edad; es más alcalino cuando somos un bebé y en la infancia, pasando por un pH más ácido en nuestra adolescencia hasta que nuestra piel se convierte en madura y vuelve a tener un pH más alcalino. En resumen los bebés y los ancianos tienen una piel más sensible y alcalina.
Como he indicado en la lista según nuestro tipo de piel tendremos un pH u otro, la piel normal ronda el pH 5,5, la seca y madura pH 6 y la grasa pH 5.
Al igual que hay partes del cuerpo con diferentes pHs, el rostro también tiene diferentes pHs, por ejemplo la zona «T» del rostro suele ser más ácida que las mejillas, y todo es por la cantidad de sebo que tenemos en esa zona.
Los ojos tienen pH más alcalino que el rostro, por eso el colirio y los desmaquillantes de ojos deben tener un pH más alcalino para no irritar los ojos… ¿nunca te ha pasado que te ha caído champú o acondicionador en los ojos y pica? pues es que esos productos tienen un pH más ácido.
Moldes para champú (aquí puedes ver diferentes opciones de compra)
Desinfecta
Desinfecta todos los utensilios con alcohol 96º, deja secar al aire. Desinfecta la zona de trabajo y moldes y deja secar.
Ponte mascarilla y guantes. Si tienes gafas protectoras te ayudarán también a mantenerte protegida. Es muy importante que cuando manipules los tensioactivos y cuando los muevas tengas mascarilla, ya que irrita las vías respiratorias ya que se mantienen suspendidas las partículas volátiles cuando removemos.
Preparación
Pesa en un bol de cristal o acero inoxidable desinfectado los ingredientes de forma separada.
Añade en un bol: tensioactivos y polvos (a excepción de los que sean solubles en agua – ver distribuidor o pregúntame aquí abajo en comentarios), remueve y reserva.
Acto seguido añade en un bol los aceites y mantecas hasta que se derritan (aproximadamente 70º, pero cada aceite y manteca tiene un punto de fusión diferente).
Y mientras tanto añade en un bol todas las bases acuosas(a excepción de las que pertenezcan a activos y otros). En este punto si tienes ingredientes que son hidrosolubles como la lecitina de soja o la inulina, añádelas y disuélvelas por completo. Puedes darle un pequeño golpe de calor al baño maría para disolver mejor la lecitina de soja, pero no es necesario.
Adjunta en otro bol: activos y otros (perfumes o aceites esenciales, conservantes…) mezcla y reserva.
Comenzamos a mezclar, añade aceites y mantecas al bol de polvos y remueve (con una varilla de cristal o madera o con las manos).
Continua añadiendo las bases acuosas y remueve hasta que consigas una masa homogénea como una plastilina.
Cuando temple, añade el bol de otros y mezcla nuevamente.
Mide el PH, si está correcto (entorno a 5-6 va bien 😉 ) ya lo puedes enmondar. (Si necesitas bajarlo puedes echarle unas gotas de ácido láctico o disolver ácido cítrico en agua y echarle unas gotas. Normalmente no suele estar nunca por debajo de 3.5, así que no necesitarás subirlo, pero si lo necesitases sería con una pizca de bicarbonato por ejemplo o un poco más de tensioactivo en polvo).
MOLDES: Separa la mezcla en partes iguales, introdúcela en los moldes y presiona con los dedos para prensarla.
PRENSA: Forra tu prensa con film transparente, haz una bola e introdúcela en la prensa y ejerce fuerza o acciona la palanca.
MANUAL: Dale forma con tus manos de cuadrado o de círculo.
MOLDES: Introduce las bolas en los huecos y haz presión con los dedos hasta que tome la forma del molde.
Déjalo reposar 24 hrs en una zona ventilada para que suelte el exceso de agua y ya puedes usarlo.
La durabilidad sin hacer pruebas en laboratorio no es 100% efectiva, es muy importante que se haya hecho en un espacio que no haya sido contaminado y que su conservación hasta que lo uses como cuando esté en la ducha sea la correcta: que no esté en contacto con agua, que se pueda secar bien, etc.
Y… voilà! Ya puedes usar tu champú sólido hecho en casa, conociendo cada ingrediente y escuchando principalmente a lo que tu pelo te dice que necesita.
¿Quieres que añadamos recetas para cada tipo de cabello? Te leemos en los comentarios .
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